domingo, 19 de septiembre de 2010

Yo soy PELIGRO

Mi nombre es peligro. ¡Peligro! ¡Soy malo y no me importa!
Soy el demonio. Soy el Satanás de estas alturas. ¡Soy muy malo!
Mato niños. Mato abuelos. ¡Te odio! Aunque estés borracho,
aunque estés dopado, aunque seas bonita, ¡te matare!
¿Tienes miedo?
¿Quieres ver sangre?
¿Quieres que degollé a alguno?
¿Quieres que le corte la pierna a alguien?
¿Cual es mi nombre? ¡Satanás!
Soy el demonio embrujado, soy un peligro andante, ¡caminante!,
¡viviente! ¡No quiero a mi abuela! ¡No quiero a tu novia!
¡Quiero ser peligroso! Uso cuchillo, uso motosierra, uso todo.
Me gusta ver y hacer sufrir ¿Que me pasa estúpido?
¡Mi nombre es peligro!

lunes, 9 de agosto de 2010

Envidia y Humedad

Envidia de las sabanas que impudica y libremente te envuelven y te acarician la piel. Celosamente cubriendo y danzando sobre tus cumbres; enredándose entre tus piernas perdiéndose en las fragantes humedades de tu sexo.

Envidia del agua, que descaradamente te recorre desde la cabeza hasta los pies. Eróticas gotas se deslizan, poro a poro buscando... arrebosadas en éxtasis, disputandose el placer de ser la primera en procurarte espasmos y temblores.

Envidia de la toalla que te abraza, te acoge y te arrulla. La toalla que te cubre y te reconoce cuando te envuelve entre sus fibras. La toalla que bebe las ultimas gotas de tu placer...



domingo, 4 de julio de 2010

Eso que la noche une

Le gustaba frecuentar viejos bares en olvidadas calles. Sabía que era ahí donde podría encontrar seres semejantes; otras criaturas de la noche que, como él, solitarias y nocturnas, buscasen en la barra del bar charla floja y copas. Absolutos desconocidos con los que aliviar la disconformidad, la insatisfacción y las leves ganas de vivir. Si había suerte, conectaba con ellos y dejaba que el alcohol fuese inspirando la conversación o la cambiase de dirección. Y en esas conversaciones, superficialmente animadas, disfrazaba su realidad de una fingida alegría, no menos auténtica y triste. 

Algunas veces, en base a lo bebido, la marea de la noche le traía contertulios con los que solía terminar charlando de esto o aquello. Personajes singulares, generalmente de su mismo corte, con los que instantáneamente empatizaba, sin saber ni entender que ellos también buscaban sentirse escuchados, apreciados, vivos... 

Y en esas apasionadas charlas, a veces, se reían y se dejaban llevar por la similitud y cualquier cosa unía. El gusto por una misma marca de alcohol o de cigarrillos y, como sólo ocurre en la noche, al poco rato, todo era atracción y acababan sintiéndose muy amigos, muy cercanos. La distancia ante el desconocido se achicaba hasta convertirse en nada, y a partir de ahí, brotaban la camaradería y algunos secretos difícilmente confesables a plena luz. 


Por ahí, si la noche, o su bagage de resaca y brea nocturna, le entregaba esa clase de antihéroe a la que él era tan aficionado, se sentía tan irracionalmente atraido por la semejanza que, por no pasar una noche más en soledad, se dejaba seducir para intimidar, quizá, más tarde, en la oscuridad de un portal o tras los arbustos de un jardín... siempre lejos de la barra del bar. 

martes, 8 de junio de 2010

Lo que sea es bueno.

Es bien sabido que cuando un joven vampiro se encuentra en el proceso de mudar su dentición se conforma con sorber los efluvios menstruales de alguna doncella pueblerina, inocente y trasnochada...

martes, 18 de mayo de 2010

El detestable DABEAT

Me sorprende que,
si caminas en calzones por los corredores de un hotel
o si le dices a alguien que te cae en la punta del dedo chiquito;
la gente se ofenda,
y hasta arremeten contra ti;
hoy me sucedió eso,
pero no me molesté.
solo reí;
y lo peor fue,
que "creo" no haber dicho o hecho algo para "recibir" ese trato,
pero quizás con solo escuchar mi nombre comiencen a sentir picaduras en la piel,
seguramente su respiración se hace más agitada
y desean que yo haya desaparecido ya.

Es sorprendente,
como algunos se creen su "papel de víctimas"
y en todo momento creen tener la razón;
yo muchas veces lo hice,
pero me aburrí de eso,
es mejor que te tengan un rencor infinito,
a fin de cuentas, el detestable nombre de DAVID o DABEAT
alguna vez lo repitieron dentro del baño
o en ciertos momentos de angustia y dolores estomacales...

viernes, 7 de mayo de 2010

Alpinchista

No nos preocupemos de las preocupaciones.
De los problemas sin solución.



¿Quién manda en esta tierra?
¿Cuándo se arreglará todo?
¿Por qué hay tanta demagogia?


Ya rasgué mi mente descifrando esos enigmas desde hace mucho.
Me di cuenta que poco importa ese mundo
¿Por qué creer en un mundo así?

Un mundo del que no se puede esperar nada.


Y para qué pensar en ello, pensemos en lo simple.
En la belleza de la rosa, en los amores dados.


En el vaivén de las canciones
En el placer de una buena fiesta.
En la mirada de la chica amada.

En unos buenos tacos.
En lo rico que es despertar a medio dia.



Mandémos a la chingada a Calderon.


Estoy orgulloso de ser un alpinchista


Carta a los vale madre.
Que nos importa un carajo la revolución y el Vicente Nario...

miércoles, 28 de abril de 2010

Te lo PRO-METO

Él: Vamos a cobijarnos, pero desnudos.
Ella: No.
Él: ¿Por qué no? Te juro que no me voy a masturbar.
Ella: No te creo. Siempre terminas masturbándote.
Él: Bueno, perdón. Es que se siente rico.
Ella: Ja, ja, ja.

domingo, 18 de abril de 2010

Mi vecina

Karen Palermo mi vecinita, viene todas las tardes del domingo a tomar leche a mi casa, a acompañarme en mi ritual dominguero de la hora del té (en mi caso café) Tiene 11 años pero parece de veinte. Me dice: "David, quisiera tener un novio antes de hacerme vieja." Y yo sonrío porque Karen Palermo es aún una niña que no sabe mucho de novios y novias. Pero ella insiste en el tema y se enfada cuando me ve sonreír: "Seguramente piensas que soy sólo una mocosa. Eres igual a todos." Entonces le digo que crecer toma tiempo, que la vida no es un soplo sino una larga exhalación. Como si yo estuviera tan grande. Pero ella nunca me cree, hace no con su cabecita alborotada y tira al suelo su taza de leche: "Lo que pasa es que eres un cobarde, David. Eres poco hombre para una mujer como yo." Y luego se va.
Karen Palermo, mi vecinita, viene todas las tardes del domingo a tomar leche a mi casa...

domingo, 11 de abril de 2010

Viaje infinito

La chica muerta de soledad guarda silencio
y espera que llegue alguien a violar su ensueño
su mano reposaba en el último trago de tequila
que desbordaba el asiento contiguo
de su viaje infinito
la mota se remojaba entre los residuos de un viejo cenicero
y por ahí rondaba una jeringa que alguien debió usar...
La noche avanzaba hasta sus insospechados arraigos...
tomaba su mano
sus senos,
su sexo,
iba y venía cual burdel de la colonia Juárez
ella quedaba impávida, pacheca, alcoholizada,
desarrapada dejándose tocar por un extraño
que todas las noches su puerta solía tocar
la redundancia permite la descripción la soledad de una puta,
ella vendida con cualquiera que perdía un amor
ella que nunca supo de nombres,
ni de cuerpos rebosantes de felicidad...
su hambre satisfecha siempre por los solos....
los tristes,
los que vomitan en una noche el amor...

jueves, 8 de abril de 2010

Bochorno inconcluso

Este calor me está
quitando las ganas de
y la ilusión por la
y el coraje de
y me está rompiendo en
Esta ausencia de los
este miedo a las
esta oscuridad en el
y estos días sin la
entienden cada vez más
la soledad de los
el silencio de la
el dolor en mis
y las cosas más

Ya no puedo terminar
ni siquiera mis
porque este calor me está
recordando los
haciéndome olvidar el
y volviéndome hacia
...
...

lunes, 5 de abril de 2010

todos felices, normales, perfectos.

Yo siempre había creído en mi abuelo. El no sólo me había apoyado en la iniciativa, a espaldas de mis padres, sino que había prometido escuchar el relato de mi debut sexual para corregirme la actuación pero, qué chiste pesado, me interrumpió mi mamá cuando aún no había concretado nada. Estaba de pie, desnudo sobre el colchón, moviendo mi batuta para el gran concierto de esa noche, mi chica jugueteaba también, todo prometía, pero mamá abrió la puerta de mi cuarto. Se puso verde, después la vi amarilla y luego roja. Como un semáforo. Quise ser natural y presentarle a Rocío. Me llevaba dos años y era dueña de unas tetas descomunales, pero Rocío me defraudó con una súbita muestra de inmadurez: se escondió debajo de la sábana. Parecía un fantasma descuidado y me dio por reír. Una teta sobresalía de la sábana, columpiándose al compás de su respiración agitada. Agarraba tan fuertemente la sábana que yo no podía cubrir mi parte más sobresaliente. Mamá gesticulaba nerviosa; daba la cara, daba la espalda, daba la cara, se volvía, pero no decía ni pío. Me costó entender que había ocurrido algo en casa.


Después me enteré que mi madre se había levantado para tomar agua; siguiendo su ritual al beber agua de noche, en la oscuridad, había mirado hacia el jardín y sus ojos tropezaron con la sorpresa: el ruco. ¿El abuelo? ¡El abuelo! Tenía su balcón cuajado de hongos, sus vegetales favoritos.El pinche viejito me robó el show cayéndose del balcón cuando estaba regando a deshora "sus plantas". La regadera reposaba cerca de el, junto a una de las macetas, estaba desnudo, algo que mi padre no le perdonará nunca: se veía el tatuaje que se había hecho en las dos nalgas cuando los hippies batían alas y gritos y mi viejo pensaba en cantar rock en la luna y en tener sexo desenfrenado. El tatuaje era hermoso: una cara que reproducía a mi abuela de joven, en los años 60, una cara cuya boca adquiría expresiones raras y de dolor con cada vaivén de las nalgas.



Todavía Carlangas (mi papá) tiene un tic por la vergüenza que sintió por la exhibición del culo del ruco. Pero tampoco mi mamá iba a perdonarle a mi padre que estuviera en el garage en brazos de la vecina nueva. Fue la tercera sorpresa de la noche para mi mamá, que pensaba que papá estaría trabajando o de viaje, la correcta explicación para sus frecuentes y prolongadas ausencias nocturnas.


Cuando salí del cuarto, Rocío seguía jugando a los fantasmas y mamá había recuperado el habla. Gritó al caer de las escaleras. Y siguió gritando más fuerte. Estaba histérica, más allá de que le doliera la pierna fracturada. Gritaba como si la estuviesen desollando: hablaba del abuelo, de los hongos y de mis bolas, me pedía que me vistiera y hablara a la chamba de Carlangas. Todo a los gritos, todo entremezclado. Había otros gritos, inexplicablemente, Rocío se había contagiado. Y yo también grité, para calmarme.
Por culpa de nuestro desordenado comportamiento, mi padre salió desnudo del garage, y detrás, envuelta en una manta apareció la vecina nueva, una pelirroja alta digna de modelar. Hubo testigos, y mamá, aunque no vio nada de eso, se enteró enseguida. Incluso, cuando la llevaban al hospital no quiso irse hasta rmentarle a la madre a la pelirroja. Del abuelo no se acordaba, gritaba por la pierna y por rojisa.


Qué cosas tiene la vida. Yo siempre había creído en mi abuelo, hasta que murió. Desde entonces lo enfoqué distinto. No se trata de pasarle la cuenta porque no pude contarle sobre mi debut, no, hablo de desengaño: mi abuelo decía que yo era su compinche, que a mí podía contármelo todo. En reciprocidad, yo le contaba todo, hasta mis sueños más locos. Era un hombre de experiencia, muy desenfadao, y yo confiaba en su palabra. Pero no me habló del par de putas que metía en su cuarto. El muy cabron. Eso se lo guardó bien guardado. Se tragaba a las bitches en silencio. Pinches zorras, dormían como troncos, en cueros, sobre una cama desordenada; había hongos y maria-juana entre las sábanas, en el piso algunas botellas de tequila. No me fue fácil despertarlas. . . Se escaparon en medio de la confusión. Como hizo Rocío,por eso la mande a la chingada y desperte del sueño sus tetas. Me fui a tocar mi música con la flaca Herminia, cuya boca era de una succión como para estar colgada en el Louvre. Aún me pregunto si el destino que mi abuelo escribió al morirse es mejor que aquel otro donde yo debutaba con Rocío, el ruco cogia en secreto, como papá, y mamá tomaba en paz su vaso de agua, ignorando los temblores que ocultaba la casa. Y todos felices, normales, perfectos....



miércoles, 31 de marzo de 2010

Mochaccino



Parece que voy apurado por la calle pero de repente todo es como la película Memento y no descubro, no se donde va la cosa, solo se que estas veredas de pronto son planas, de pronto son adoquines parchados, de pronto tengo que atravesar y mirar a ambos lados. Entro a una tienda de café orgánico, de esas que están de moda y que me recuerdan el extraño local de mi madre; pido un café, un poco de cafeína pero amortiguada. Mochaccino es la decisión final en un vaso plástico que me sigue y vamos de nuevo, para donde era la cosa, donde había que ir. Todo este momento es sólo un autoadhesivo en el refrigerador del tiempo. Me distraigo y desoriento fácilmente, es un problema que tengo arraigado en lo mas profundo de mi naturaleza ...... sigo andando y no logro recordar hacia donde me dirigía, opto por sentarme en la banqueta (como odio caminar). Ahora lo recuerdo, tengo que ir a trabajar, a terminar un jingle que tenia que entregar un par de días atrás, pero no me importa, no tengo prisa y sigo andando por las calles semidesiertas de transeúntes (al parecer soy la única persona que anda a pie por estos lares). Al fin llego casi tres horas tarde y ya casi es hora de irme. Que bien al fin termina el día!...
Quiero otro café...

martes, 16 de marzo de 2010

Nadie me dice nada.



La bruma de la mañana, el olor a orines, los cuerpos intoxicados desparramados en el piso después de una noche de juerga y placer, quizás hubo golpes, quizás hubo fierrazos o hasta plomazos, quizás yo fui quien dejo tirados a esos tipos, no lo recuerdo pues estaba tirado igual que ellos, pero fui el primero en levantarme y ver las primeras personas domingueras.

El pasar de las patrullas era nula, y si pasaran de todos modos seria ignorando, pues mi apariencia me hace pensar a mi mismo que soy un pobre jodido que vive en la calle, bajo los cartones y periódicos, me orino en los pantalones o en alguna botella de coca, el frío me cobija y el calor del sol me irriga hasta los huesos.


Cargo con una serie de chingaderas que guardo para el día que pueda ser rico y matar a estas personas que ni siquiera voltean a verme, me brincan, me sacan la vuelta, lo hacen todo el tiempo. 


El menú de la mañana me ofrece unos nachos agrios con un par de tortillas remojadas, siendo este el platillo fuerte de el día; aunque el andar cerca de un mercado tiene sus lujos, la fruta abunda la gente de vez en cuando me tira una moneda pero, no dice nada, solo mercadea y se va, es lo bonito de mi vida...

Soy rico, tengo comida, vivo mi mundo y nadie me dice nada.



jueves, 4 de marzo de 2010

La Juventud

Ser joven es ser estúpido. Al menos eso sugiere (y a eso incita) la publicidad y los medios. Ser joven es ser estúpido, escuchar mierda y ser tú mismo siendo como todos los demás, ser tú mismo imitando al tipo del comercial de refresco. Es estar enajenado por la televisión musical y los grupos del momento, la música basura y las campañas de "usa condón". Ser joven es estar idiotizado porque así se es cool y sólo así se está in; es dejar que te den atole con el dedo y ser manipulado. Ser joven es estar deprimido, pero no te preocupes, para eso está el gran gurú Carlos Cuauhtémoc Sánchez y Korn(patear a un chango y escuchar que grite es lo mismo que escuchar el último álbum deKorn). Cuando seas más grande y te sientas infeliz, podrás leer los 25 tips para ser feliz que mes a mes nos regala la bendita Selecciones del Reader's Digest (¿qué sería sin tan dignísima y cultural publicación mensual?). Satisfacción garantizada.




No soporto Hotel California. Ni de broma. Odio a los Eagles. Además, es una de esas canciones que encantan a todo mundo, no me explico por qué. Y encanta a muchas personas que no soporto. Eso tendrá que ver algo con mi aversión para con la cancioncita.
Otra "clásica" que no soporto es Tears In Heaven. Sí, de Clapton. Del mano lenta famoso. Sí, ya sé que tal vez es su pieza más inspirada y exitosa. No importa: me deprime. Ponme otra cosa. Ponme a Cream, ellos son grandes. Brebajes extraños, paredes blancas, brillos de sol, tatuajes, me siento alegre. Nada de lágrimas en el cielo. Oye, ya no me gusta Eric Clapton.
-Pecador. Él es Dios.
-Ojalá Dios te escuchara..