lunes, 9 de agosto de 2010

Envidia y Humedad

Envidia de las sabanas que impudica y libremente te envuelven y te acarician la piel. Celosamente cubriendo y danzando sobre tus cumbres; enredándose entre tus piernas perdiéndose en las fragantes humedades de tu sexo.

Envidia del agua, que descaradamente te recorre desde la cabeza hasta los pies. Eróticas gotas se deslizan, poro a poro buscando... arrebosadas en éxtasis, disputandose el placer de ser la primera en procurarte espasmos y temblores.

Envidia de la toalla que te abraza, te acoge y te arrulla. La toalla que te cubre y te reconoce cuando te envuelve entre sus fibras. La toalla que bebe las ultimas gotas de tu placer...