Envidia del agua, que descaradamente te recorre desde la cabeza hasta los pies. Eróticas gotas se deslizan, poro a poro buscando... arrebosadas en éxtasis, disputandose el placer de ser la primera en procurarte espasmos y temblores.
Envidia de la toalla que te abraza, te acoge y te arrulla. La toalla que te cubre y te reconoce cuando te envuelve entre sus fibras. La toalla que bebe las ultimas gotas de tu placer...